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FAQ

Preguntas y respuestas

La moratoria abarca la liberación intencional en el ambiente de:

  • Organismos de especies silvestres modificados genéticamente — incluyendo organismos con impulsores genéticos diseñados para propagar rápidamente rasgos modificados a través de poblaciones silvestres, o microbios modificados genéticamente liberados en el suelo o en el agua.
  • Elementos genéticos novedosos — secuencias de ADN completamente nuevas que no se encuentran en la naturaleza, como promotores sintéticos que controlan la expresión génica, o vías metabólicas diseñadas que permiten la producción de sustancias específicas.

No se aplica a la investigación en laboratorio ni a los ensayos experimentales confinados que se realicen bajo normas de bioseguridad.

La investigación continúa — lo que se suspende son las liberaciones ambientales riesgosas, hasta que existan las debidas salvaguardias.

Lejos de ser indefinida, la moratoria es un puente: permanecería en vigor hasta que el Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN vote a favor de levantarla. Esto ocurriría una vez que los Miembros de la UICN acuerden que:

  • La ciencia puede predecir de manera fiable los resultados,
  • Existen regulaciones sólidas para prevenir daños,
  • Se han establecido salvaguardias para proteger a los Pueblos Indígenas y Comunidades Locales (PICL), y
  • Se ha alcanzado un amplio consenso social sobre si —y bajo qué condiciones— la naturaleza debe ser modificada.

Estos son puntos de referencia de preparación, que aseguran que las decisiones estén fundamentadas en la evidencia y cuenten con un respaldo democrático.

Does it mean that is being worked upon? If so, I would say “que están siendo desarrollados” o que “están en vías de elaboración”

En efecto, las propuestas para modificar la naturaleza difieren de muchas maneras — en su propósito, contexto y tecnología. Algunas buscan controlar especies exóticas invasoras, otras combatir enfermedades en seres humanos o en la fauna silvestre, o bien aumentar la productividad agrícola. Los métodos van desde las técnicas clásicas de ADN recombinante hasta la creación de elementos genéticos completamente nuevos.

Sin embargo, todas comparten una preocupación: la liberación en el ambiente, incluso con fines de ensayo, puede causar daños irreversibles a los ecosistemas, y las regulaciones actuales no están preparadas para prevenir los impactos negativos sobre la naturaleza y las personas.

Por eso se necesita una moratoria con un plazo definido, hasta que existan herramientas sólidas para evaluar y gestionar de manera fiable los riesgos en toda esta diversidad de aplicaciones.

No estamos abogando por la inacción. Estamos llamando a aplicar estrategias de conservación probadas y seguras y a actuar frente a los principales impulsores de la pérdida de biodiversidad: los cambios en el uso de la tierra y del mar, la explotación directa de los organismos, el cambio climático, la contaminación y la invasión de especies exóticas.

El Marco Mundial de la Diversidad Biológica de Kunming-Montreal establece metas y acciones urgentes para 2030 — un plazo en el cual los casos de uso limitados de la ingeniería genética no pueden ofrecer resultados, con o sin moratoria.

La precaución no es inacción: asegura que los esfuerzos y la financiación se dirijan a soluciones que ofrecen resultados ahora, en lugar de a remedios especulativos que quizás nunca funcionen.

Sí, pero la ingeniería genética no es lo que la UICN define como “cambio transformador”. Según la visión propuesta por la UICN en “Naturaleza 2030”, esto incluye:

  • Ampliar las medidas de conservación que ya han demostrado ser exitosas,
  • Abordar los procesos globales perjudiciales (cambio climático, degradación de la tierra, etc.), y
  • Promover la equidad y la justicia.

No. La moratoria (Moción 133) y la política (Moción 087) cumplen funciones diferentes pero complementarias:

  • La Moción 087 establece un marco de gobernanza a largo plazo para todas las aplicaciones de la biología sintética, independientemente de su tipo o contexto.
  • La Moción 133 introduce una salvaguardia concreta y limitada en el tiempo, centrada en un subconjunto claramente definido de aplicaciones: la liberación ambiental de especies silvestres modificadas y de elementos genéticos novedosos.

Lejos de contradecir la política propuesta, la moratoria operacionaliza sus principios centrales en el ámbito de mayor riesgo, aplicando el principio de precaución allí donde existe potencial de daño significativo e irreversible mientras persisten las incertidumbres científicas. Con ello, refuerza la protección de la integridad de la naturaleza y promueve la equidad intergeneracional.

La moratoria también cubre una laguna de la Moción 087, que agrupa todos los enfoques de biología sintética a pesar de sus perfiles de riesgo muy diferentes.

El Protocolo de Cartagena del CDB y la mayoría de las leyes nacionales de bioseguridad fueron diseñados para los cultivos genéticamente modificados, no para las especies silvestres. Los métodos para la evaluación de riesgos de organismos silvestres son en gran medida inexistentes, y el monitoreo posterior a la liberación se ve limitado por la dificultad de localizar organismos modificados en el medio natural.

Incluso en países con leyes avanzadas de bioseguridad, expertos advierten que las evaluaciones de riesgo caso por caso están limitadas por el conocimiento insuficiente y la falta de metodologías y modelos sólidos (UBA et al., 2019).

Mientras tanto, se planifican liberaciones en países que no han ratificado el Protocolo — como Estados Unidos, Australia y Santo Tomé y Príncipe — así como en Partes del Protocolo que aún carecen de leyes nacionales de bioseguridad.

A nivel internacional, la propagación transfronteriza de organismos modificados plantea desafíos jurídicos y de gobernanza no resueltos, ya que las definiciones del Protocolo sobre “movimiento transfronterizo intencional” y “no intencional” son difíciles de aplicar (Redford et al., 2019). Además, siguen sin existir mecanismos eficaces de responsabilidad y compensación.

Hasta que no se cierren estas lagunas de gobernanza, cualquier liberación corre el riesgo de adelantarse a nuestra capacidad de controlarla.

Falta de precaución: La política agrupa aplicaciones de biología sintética con perfiles de riesgo muy diferentes — desde el uso confinado de bacterias modificadas en entornos industriales hasta los impulsores genéticos diseñados para eliminar poblaciones silvestres enteras. Este enfoque general falla en establecer salvaguardias necesarias o “líneas rojas” para aplicaciones de alto riesgo que podrían causar daños irreversibles a la biodiversidad.

Vacíos regulatorios: La política pasa por alto brechas de gobernanza bien documentadas, incluyendo la ausencia de un marco regulador internacional integral (informe de la UICN, 2024). No aborda la necesidad de una supervisión nacional o global más sólida.

Suposición acrítica de alineación con la misión de la UICN: La política presume que todas las aplicaciones de la biología sintética se alinean con la misión de la UICN de proteger la integridad y la diversidad de la naturaleza. Sin embargo, la liberación ambiental de especies silvestres genéticamente modificadas o de elementos genéticos novedosos puede entrar en conflicto directo con esa misión — y con los compromisos de la UICN con la equidad intergeneracional y los derechos de los Pueblos Indígenas y Comunidades Locales (PICL).

Distanciamiento de la política vigente de la UICN: La política se aparta de la postura cautelosa de la UICN en resoluciones anteriores (Resolución 3.007 de 2004 que pedía una moratoria sobre los OGM, Resolución 6.086 de 2016 que aconsejaba no realizar investigaciones sobre impulsores genéticos).

Sin la Moción 133, la UICN corre el riesgo de respaldar tecnologías antes de contar con las herramientas y el consenso necesarios para gestionarlas de manera responsable.

No. Como todas las resoluciones de la UICN, la moratoria no es vinculante. No restringe ni sustituye la toma de decisiones nacionales o internacionales. Expresa una recomendación colectiva de la membresía de la UICN.

Asimismo, respeta la soberanía al mismo tiempo que señala la responsabilidad colectiva de proteger y restaurar la biodiversidad global.

Sí, algunos organismos genéticamente modificados — como insectos y plantas silvestres — ya han sido liberados en países como Brasil, Estados Unidos y Malasia.

Sin embargo, no es demasiado tarde para que la UICN adopte una postura. Precisamente porque ya se han producido algunas liberaciones, es aún más urgente que la UICN trace una línea clara ahora. La mayoría de los proyectos de alto riesgo todavía se encuentran en fases de desarrollo.

La Moción 087 implicaría un respaldo tácito a la ingeniería genética como herramienta de conservación. La Moción 133, en cambio, envía una señal clara de precaución: estas tecnologías no deben acelerarse sin contar con salvaguardias sólidas, evidencia y consenso.

Sí — pero de manera responsable. La moratoria no es anti-innovación. Es un llamado a reconocer que algunas tecnologías, como la ingeniería genética de especies silvestres en ecosistemas naturales, conllevan riesgos sin precedentes e irreversibles.

La historia muestra que intervenciones bien intencionadas — como la introducción del sapo de caña en Australia o de los hurones en Nueva Zelanda — pueden causar graves daños ecológicos. La biología sintética podría convertirse en el ejemplo más extremo hasta ahora.

Cuando se aplica a especies silvestres, esta tecnología puede alterar de manera permanente los ecosistemas y los procesos evolutivos. Las consecuencias de una falla — cadenas tróficas interrumpidas, pérdida de especies e impactos sobre el manejo indígena de la naturaleza — son mucho mayores que en la mayoría de otras innovaciones.

La innovación en conservación debe servir a la biodiversidad y a las personas — no apostar con los ecosistemas bajo la bandera de la urgencia.

En absoluto. El Marco Mundial de la Diversidad Biológica de Kunming–Montreal identifica acciones urgentes que deben implementarse antes de 2030. La mayoría de las metas de biodiversidad pueden alcanzarse ampliando las medidas de conservación ya existentes — como la restauración de hábitats, la lucha contra la contaminación y la protección del manejo de los Pueblos Indígenas y Comunidades Locales (PICL).

La ingeniería genética de especies silvestres sigue siendo experimental y no puede ofrecer resultados en ese plazo. Hacer una pausa en el uso de tecnologías riesgosas evita distracciones y la mala asignación de recursos limitados.